Con un Bachelor’s degree in historic preservation, gran interés por la arquitectura, y una enorme capacidad para aceptar desafíos, Don acepta la oferta de la propiedad de la granja familiar, centrándose en los edificios del siglo XVIII y XIX condenados o abandonados.
La restauración de estos edificios los ha convertido en documentos vivos de una época histórica y de un modo de vida olvidado hace tiempo.
Don Carpentier ha recuperado una parte de la historia de su país, a base de esfuerzo, trabajo y talento.
Un ejemplo a seguir.