Del 30 de mayo al 26 de agosto del 2007 exposición de obras del genial fotógrafo Andreas Gursky en el Istanbul Modern, www.istanbulmodern.org.

Totalmente recomendable esta exposición si se tiene la oportunidad de estar por Estambul en estos días. La obra de Grusky sobre sitios, lugares o elementos comunes de nuestra sociedad hace que el espectador se sumerja en un universo que puede resultar desconcertante, atrayente, sugestivo e incluso aterrador por el vértigo que nos puede producir su personal mirada de un universo desconcertante.

La selección de trabajos en la exposición muestra la visión única de Gursky de las geografías diversas del mundo. De estas fotografías, treinta son trabajos recientes hechos después su aclamada retrospectiva en el Museo de Arte Moderno en Nueva York en 2001.

Por su dimensión, audacia, perspectivas en color y por una cierta nota alarmante, estos trabajos dan una visión comprensiva del trabajo de Gursky desde 1984 hasta hoy. Señalando que » Esta exposición significa un espacio nuevo para mí …, » Gursky ha reinterpretado motivos familiares por el uso de tecnología digital así como por la ampliación de las dimensiones estándar de estas fotografías. El más grande de ellos es aproximadamente 2 por 5 metros

“99 cent II Diptychon” (2001) de Andreas Gursky, que están en la muestra y da una visión del interior desordenado de un supermercado o tienda de descuento –un todo a 100-, recientemente ha sido vendido en una subasta por un precio que bate todos los récords como la oferta más alta alguna vez pagada por el trabajo de un fotógrafo vivo.

Nacido en Leipzig en 1955, hijo de Willy Gursky, un conocido fotógrafo industrial, crece en Düsseldorf aprendiendo los secretos de la profesión de su padre antes de finalizar el instituto. A finales de los setenta, frecuenta durante dos años la Folwangschule de Essen (1977-1979) en la que Otto Steiner, tras el levantamiento del Muro de Berlín en 1961, había establecido una importante base formativa para los fotógrafos profesionales de la Alemania Occidental, sobre todo en el ámbito del fotoperiodismo y el diseño gráfico. En Essen, Gursky entra en contacto con la tradición documental de la fotografía alemana -August Sander-, caracterizada por cierta improvisación y un tratamiento formal que se aleja de los dictados esteticistas de la fotografía comercial.

Completa su formación en la Staatliche Kunstakademie de Düsseldorf (1980-1987) en la que elige el programa de formación libre Freie Kunst, siendo alumno de Bernd y Hilla Becher. Al igual que otros compañeros de esta escuela -Candida Höfer, Tata Ronkholz, Thomas Ruff y Petra Wunderlich-, la obra de Gursky comienza a cobrar visibilidad internacional en la década de los ochenta, al conformar, junto a todos ellos, la denominada Nueva Escuela de Fotografía Alemana, cuyo rasgo fundamental es un tratamiento aséptico en el registro de la sociedad contemporánea. Desde entonces, su obra ha sido exhibida en multitud de espacios expositivos europeos y norteamericanos, destacando sus muestras individuales en el SF MoMA en el 2003, el Centro Georges Pompidou de París en el 2002 o el MoMA de Nueva York en el 2001.

En la actualidad, sus fotografías han alcanzado cotas de mercado impensables para la fotografía de hace dos décadas, siendo frecuente su presencia en las casas de subastas de todo el mundo -Paris, Montparnasse, realizada en 1993 o la anteriormente comentada “99 cent II Diptychon” ostentan el récord de las fotografía más caras vendidas hasta la fecha.

A lo largo de su producción, Gursky ha sabido articular todos sus variados influjos formativos en un atractivo corpus de trabajo, centrado primero en Düsseldorf y ampliado posteriormente en sus numerosos viajes a El Cairo, Nueva York, Brasilia, Tokio, Estocolmo, Chicago, Atenas, Singapur, París o Los Ángeles, entre otros. Sus fotografías, de gran formato y ricas en color y detalle, representan con frecuencia lugares de intercambio humano vinculados a la sociedad tardo-capitalista, espacios públicos como aeropuertos, estaciones, discotecas, edificios de bolsa, parlamentos, plantas industriales, oficinas, hoteles, supermercados, o piscinas; así como lugares donde lo humano constituye únicamente una huella anecdótica. Gursky plantea con ello una reflexión sobre nuestra civilización, interesándose de forma particular en la dialéctica entre lo individual y lo colectivo, el diálogo con la historia del arte, o la captación de la esencia de la modernidad.

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