Ayer veía una fotografías de Gordon Parks y pensaba que se merecía sobradamente tener una entrada en nuestro blog.
No porque sea importante para él, que ya murió, no sabía castellano y le hubiera importado un bledo si hacíamos o no una entrada sobre él o su trabajo.
Sino por todos aquellos que quizás no conozcan el trabajo de este genial fotógrafo, escritor, músico y cineasta americano.
Cualquiera de las biografías que encontremos de este personaje nos indican que no lo tuvo fácil.
Nacido en 1912 -30 de noviembre, 1912/7 de marzo, 2006-, su infancia se vio marcada por una América en donde la segregación era una realidad y en la propia escuela se desanimaba a los alumnos afroamericanos a que siguieran con su formación ya que al final su destino sería ser porteros o empleadas de la limpieza.
Tampoco fue una ayuda su origen humilde o que se quedase huérfano de madre en plena adolescencia, pero su inteligencia y determinación fue mayor que todos los frenos que pudo encontrar para un chico negro en la América de los años 30.
«Sufrí males, pero sin permitir que me robaran la libertad de desarrollarme.»
Su curiosidad intelectual le llevó a ser autodidacta en distintas disciplinas en las que destacó.
A finales de su adolescencia aprendió solo a tocar el piano, lo que le permitió ganarse la vida tocando en diferentes garitos.
Cuando tenía 25 años vio unas fotografías de trabajadores migrantes en una revista y eso le impulsó a comprarse una cámara en una casa de empeños y comenzar con su actividad en el mundo de la fotografía, aunque no contara con el apoyo de su entorno más cercano.
Su carrera fotográfica comenzó a desarrollarse en el glamour de la moda, retratos de mujeres de la alta sociedad, pero también en la crónica de los guetos negros y en la vida afroamericana de una sociedad que comenzaba a revelarse contra su destino.
De 1940 es una de sus fotografía más conocidas American Gothic, una parodia de la pintura de Grant Wood, en la que una mujer negra -Ella Watson- aparece con su escoba ante la bandera de EE.UU.
Parks fue el primer fotógrafo afroamericano de las revistas Life y Vogue.
Como fotógrafo de moda sus fotos tienen un estilo propio en donde hace hincapié en las modelos y en el movimiento de las prendas.
En la revista Life, en la que trabajó más de veinte años, realizó reportajes tanto de moda, como de segregación racial, deportes o personajes relevantes…
En 1962 publicó una novela autobiográfica, The Learning Tree, que posteriormente la dirigió en el cine, desarrollando también el guión y componiendo la banda sonora de la misma.
De este modo también se convirtió en el primer afroamericano director de una película importante en Hollywood aunque su mayor éxito en este ámbito fue Shaft, un film que realizó en 1971 y que además de ser un éxito comercial, se convirtió en la inspiración de lo que se ha conocido como el género «blaxploitation» con la comunidad afroamericana como protagonista.
Sus diferentes actividades y su enorme contribución a la cultura estadounidense le conllevó acumular más de cuarenta doctorados honorarios aunque nunca acabó la educación secundaria y tampoco lo necesitó, porque su curiosidad intelectual y su determinación fue suficiente.