Si tiene una Polaroid sin carrete guardada como oro en paño, puede ir “engrasándola” nuevamente porque a principios del 2010 parece que volverá a tener películas.
El 8 de febrero del 2008 la marca Polaroid anunció el fin de la fabricación de películas para sus cámaras instantáneas, que se habían dejado de fabricar el año anterior. Es el anuncio de muerte de un mito.
El mismo día del cierre de la fábrica de películas Viena Florian Kaps era uno de los invitados a la clausura ya que gestionaba el portal polanoid.net -la mayor comunidad virtual de aficionados a las polaroid- se encuentra con uno de los ejecutivos de la empresa -André Bosman- y con otros trabajadores se embarcan en el desafío de inventar un producto similar. Es el nacimiento de The Impossible Proyect, que permitirá que los usuarios de Polaroid puedan comprar nuevos carretes a principios del 2010.
El nombre “El proyecto imposible” además de representar lo difícil de la tarea que se habían propuesto, es leitmotiv y un homenaje al inventor de la película Polaroid Edwin H. Land que recomendaba “no emprendas un proyecto hasta que sea manifiestamente importante y casi imposible”.
Edwin H. Land había presentando en 1947 la primera fotografía instantánea, una cámara que revelaba y positivaba la imagen en tan sólo 60 segundos, que se convirtió en el producto distintivo de la compañía y objeto de culto de muchos artistas. Sobre todo el mítico modelo SX70, que fue presentado en 1972 por Sir Lawrence Olivier y calificado como “cámara mágica”.
Los lloros de la hija de Edwin por no poder ver las fotos de las vacaciones hasta ser reveladas fue lo que provocó que éste investigara hasta conseguir la cámara instantánea. Es cierto que su calidad fotográfica no es destacable, pero precisamente ha conseguido que esas carencias en la reproducción se conviertan en una calidez de imagen capaz de seducir a muchos devotos y a más de un artista gráfico. “Los puntos débiles de Polaroid son mi punto de partida”, afirma el artista gráfico Markus Elsner. Gracias a la luz difusa se crea un ambiente raro, porque la cámara no sabe cómo tratar los colores. Esto se hace patente con un punto azul, verde o amarillo difícilmente calculable con anterioridad. “Las fotografías resultan absolutamente únicas”, exclama Elsner.
Otro de los apasionados de las instantáneas fue Andy Warhol, que parece que llegó a realizar más de 60.000 fotografías en su vida y muchas de ellas fueron Polaroid. Warhol apreciaba la estética tanto de las imágenes de fotomatón como las instantáneas Polaroid, con similares características. Para la realización de sus fotografías utilizaba Polaroid SX-70 Big Shot y tal era la afición del artista por este modelo que la marca decidió no cesar la producción de la misma (o de sus accesorios) para mantener contento a su mejor cliente.
Con el anuncio de la desaparición, los entusiastas de las Polaroid enloquecieron y se lanzaron a buscar todo resquicio que pudiera quedar de películas para sus máquinas, se recurrió al activismo –SavePolaroid.com-, todo el que podía hacía una oda a las características de las instantáneas: color, sonido, revelado, recuadro…
Su estética se convirtió en algo cool que nos resistíamos a perder en pro de la era digital por lo que se pone de moda el efecto fotográfico Polaroid de Photoshop, aparece la aplicación de iPhone llamada ShakeIt que “revela” las imágenes virtuales con más rapidez al agitar el dispositivo y “The Polaroid Party” una fiesta en Brooklyn en la que los asistentes podían colgar sus fotos junto a las imágenes ya montadas de artistas locales. Cualquier cosa con tal de que Polaroid no muriera aunque lo único que realmente lo conseguirá serán nuevos carretes que sigan permitiéndonos crear esas instantáneas.
La nueva película aún no tiene nombre ya que el de la marca estadounidense no lo pueden utilizar por razones de derechos, pero mantendrá sus señas de identidad: su definitorio marco blanco, el característico olor químico, los colores desteñidos y el minuto de espera hasta que las imágenes se revelen poco a poco.
Primero será un carrete en blanco y negro, y después llegará el color. “Hay muchas personas jóvenes que están descubriendo las Polaroid y la fotografía analógica. La gente ha descubierto que lo digital no lo es todo, por ejemplo, el vinilo con su característico sonido tiene más encanto”, sostiene Kaps al explicar que hay un movimiento “retro” que se rebela contra el mundo digital.
“La gente hace ahora miles de fotografías, muchas sin sentido, y se desengaña. La fotografía analógica es algo especial, una creación única, es un momento que el fotógrafo debe elegir con cuidado para dejar algo para el recuerdo”, agrega sobre el auge analógico.
Este tipo de fotografía ya no es tampoco un reducto de nostálgicos; el perfil del usuario es una persona de entre 24 y 47 años, con una educación y un nivel de ingresos elevados, creativos y bien integrados en el mundo digital, según los datos que maneja Kaps de los más de 16.000 usuarios de polanoid.net. Pero además del argumento romántico de luchar para que no desaparezca este tipo de fotografía instantánea, existe un claro y reconocido componente comercial en los esfuerzos. “Nuestra intención es producir y vender el año que viene un millón de películas, la demanda según nuestros cálculos y los originales de Polaroid es de 10 millones de carretes anuales”, indica.
Kaps ha encontrado un enorme nicho de mercado con una demanda garantizada para un producto del que se carecía de suministro. A pesar de que la cámara ha pasado de ser un producto de masas a un objeto de culto con un círculo de usuarios más reducidos, el negocio está casi garantizado. Y los precios de los nuevos carretes no serán más baratos que los anteriores, un carrete de 10 fotos costará alrededor de 20 euros. Además, el año que viene planean poner en el mercado una nueva cámara con ajustes manuales.
Así que viva la era digital y reviva la Polaroid.