En vacaciones o fin de semana el aficionado inexperto tiende a tomar fotografías en las horas centrales del día y el resultado no suele responder a lo que él espera. Ello se debe a que la fuente de luz, el sol, está muy alto y su iluminación sobre los motivos resulta poco agradable, porque las sombras que produce son muy intensas y, en el caso de los retratos, deja en sombra los ojos y el cuello del modelo.

Según las condiciones de la luz, y si lo considera necesario, el fotógrafo puede intervenir para modificar los resultados. Por ejemplo, en este caso, el sombrero de la modelo hace que la iluminación sea más suave. Aunque parezca que de este modo las fotografías son menos espontáneas, los resultados demuestran que la calidad técnica conseguida es mejor que si no interviene.

LA LUZ Y EL COLOR

Con frecuencia, dentro del encuadre se carga todo el peso de la composición en la situación física de los objetos, sin tener en cuenta cómo están iluminados y el color que tienen. El fotógrafo puede -y debe- utilizar la iluminación y el color para que se integren en la composición del tema.

En las tomas de exteriores donde se trabaja con luz natural, el fotógrafo ha de situarse correctamente no sólo en función del tema, sino también en función de la luz que incide en la escena. Una fotografía donde alguien o algo está iluminado, mientras el resto queda en sombras, suele ser un recurso para destacar al protagonista.

El color desempeña un destacado papel a la hora de situar el centro de interés. Los colores poseen una fuerte atracción visual y se asocian a estados de ánimo, calor y frío. Los colores saturados -puros- tienden a atraer la vista del observador, mientras que los colores suaves crean sensación de placidez, idealizan la situación y se asocian al sueño y la imaginación.

En una fotografía en blanco y negro, la atención visual se centra preferentemente en las zonas de tonos claros. El fotógrafo utiliza este conocimiento para componer y manipular sus fotografías en el laboratorio, de forma que el tono se convierta en el hilo conductor de la mirada del observador.

Jugar con la luz a través de las nubes, hacen una fotografía atractiva e inusual.
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