Proporción, formato y escala.
Lo primero que tendremos que determinar a la hora de comenzar a realizar nuestro boceto es el área gráfica que vamos a utilizar.
La más común es la rectangular en posición vertical (DIN-A4, 21×29,7 cm), de hecho en la mayoría de los programas es el formato que nos sale por defecto.
Una opción de dicha forma es utilizarla horizontalmente, aunque los avances en los sistemas de producción nos permiten actualmente plantearnos cualquier forma y tamaño para nuestro diseño.
La proporción es un concepto, que al igual que los vistos anteriormente, no podemos olvidar a la hora de diseñar. Recuerde siempre que el diseño debe ser un todo en el que no falle ningún elemento.
- Lo primero que debemos establecer es, que parte del área de diseño deben ocupar los elementos, y por el contrario, que espacios quedarán ausentes de elementos.
- Una vez determinadas las áreas de diseño que vamos a ocupar con las líneas (títulos, textos) y las formas (fotografías, ilustraciones, gráficos), podemos combinar estos elementos dentro de un mismo espacio para crear composiciones alternativas.
Una vez más, recordaremos que cada elemento tiene una función determinada dentro de la composición, por tanto la elección de su tamaño, forma, o dimensión que tiene dentro del área de diseño son conceptos fundamentales a la hora de realizar nuestro trabajo.
De todos es sabido que las formas pequeñas tienen menor peso visual que las más grandes. Pero si además la forma de la figura no es regular, su peso aumenta notablemente.
Otras cuestiones a tener en cuenta.
- Saber a que segmento de la población va dirigido y que margen geográfico vamos a cubrir (nacional, internacional, provincial…).
- Seleccionar los elementos que vamos a utilizar. Todos los elemento de la composición deben tener un por qué de su utilidad en dicha composición.
- Es recomendable hacer unos bocetos de cómo podría ser la composición, cambiando la ubicación de elementos, colores, tamaño del cuerpo de texto, para respondernos visualmente a preguntas como, ¿qué es lo más importante del mensaje?, ¿dónde debe estar el impacto visual?, ¿podría verse de lejos?, ¿es adecuada la disposición y el estilo de las letras con respecto al mensaje?…
- También es bueno saber el tipo de material en que se reproducirá el diseño.
Una vez realizados estos pasos muchas de nuestras ideas se aclararán y darán fruto a otras nuevas posiblemente más originales y eficaces.
En la interpretación final de nuestro mensaje no sólo interviene la colocación de los distintos elementos, sino la percepción final que tenga nuestro receptor.
El formato condiciona directamente la naturaleza del mensaje. Tanto es así que existe una relación de formatos adecuados -que, en la mayoría de los casos, ni siquiera se cuestionan en el proceso creativo- para tarjetas de visita, carteles, folletos, interface multimedia o páginas web.
Pero también condiciona irremediablemente la naturaleza de la composición. Una composición que funciona correctamente en un formato determinado se tornará defectuosa en un formato diferente. Esto nos obligaría a realizar una nueva composición adecuada al nuevo formato.
Por lo que el diseñador tendrá que tener conocimientos profundos sobre la percepción:
- Percepción relacionada con nuestro sistema psicosomático, en concreto con el órgano de la vista, y de cómo éste interpreta los volúmenes, trazos, texturas, colores…
- Percepciones relacionadas con el ámbito cultural en el que nos movemos y las distintas significaciones que pueden tener ciertos elementos: colores, orden de lectura, significaciones iconográficas…
- Percepciones compartidas en el entorno y relacionadas con su propio ser.