Vestidos, tartas e invitados. En efecto, estamos hablando de bodas, uno de los días más mágicos, únicos y esperados. Tras una etapa en la que las parejas se han conocido y han comprobado su compatibilidad, llega el momento de formalizar la relación celebrando la boda.
Todos los detalles que envuelvan este día deben cuidarse al máximo detalle, desde las mesas, pasando por las flores e incluso, las tarjetas personalizadas para una boda. De esta manera, podremos entregárselas a nuestros invitados como antesala de lo que encontrarán el día de la celebración.
Descubre la importancia de diseñar correctamente una tarjeta de boda
¿Qué diseño elijo para la tarjeta de invitación de boda? Esta es una de las muchas cuestiones que se formulan las parejas que celebran tal evento. En efecto, cuidar el diseño de estos elementos es de gran importancia, ya que generalmente nuestros más allegados las guardarán como recuerdo y transmitiremos con ellas una imagen.
Hay que acudir a los especialistas en impresión para que el resultado final sea perfecto, pero antes, hay que centrarse en el diseño de la tarjeta personalizada.
En este sentido el diseño gráfico es nuestro gran aliado, puesto que podremos pedir que nos hagan ilustraciones, que incluyan imágenes vectorizadas o simplemente, que sea una tarjeta personalizada de boda con tipografía.
Las etiquetas en una boda también son relevantes, por lo que también habrá que cuidar cada detalle de ellas, tal y como haremos con las tarjetas.
A la hora de focalizarse en el diseño de las tarjetas y etiquetas de boda, tenemos que definir bien el estilo que tendrá la boda. Aquí, si nos vamos a centrar en una temática concreta, el diseño de la tarjeta debe ir a conjunto. Se trata de comunicar y cada detalle cuenta.
En cuanto a la gama cromática, tendremos que ajustarnos al máximo posible al resto de elementos que incluyamos en la boda. Para ello, no hay que centrarse únicamente en una tonalidad, sino que hay que estudiar las posibilidades que existen, qué combinaciones de color funcionan y cuáles no. Lo importante es basarse en una o como máximo dos tonalidades, para que la boda quede armoniosa y elegante. Cuando hayamos pensado en la gama, es el momento de indicarlo en la tarjeta de boda.
En cuanto a la duda de si escoger una tarjeta que ya se ha diseñado o escoger la opción de una que se adapte a nosotros, la respuesta es clara: siempre personalizada.
El diseño a medida es una excusa para poder hablar de nosotros, de asegurarnos de que tenga nuestro sello incluido en la tarjeta. Así, si por ejemplo escogemos un tipo de flor en concreto, es importante que tenga coherencia y el diseño se corresponda con la flor exacta.
Lo más importante es seguir la regla de “Menos es más”, para que no haya una multitud de elementos que conviertan la tarjeta o la etiqueta en un elemento cutre.
Como observamos, las tarjetas son un elemento imprescindible, en el que se deben cuidar cada uno de los detalles. Ahora es el momento de estudiar qué diseño buscamos y acudir a los profesionales en diseño gráfico y especialistas en impresión para que nos asesoren y nos confeccionen este elemento tan importante en este día mágico.